Los zarajos son uno de los platos que se encuentran en la mayor parte de los bares y restaurantes de Cuenca, además de en otros lugares como Madrid o Toledo. Se trata de un aperitivo muy sabroso y nutritivo.
La forma habitual de prepararlos para servirlos en la mesa es cortando el zarajo en rodajas y luego pasándolos por la plancha hasta que se doren. Hay gente que prefiere hacerlos al horno o a la brasa pero eso ya va en gustos y depende mucho de dónde nos encontremos.
Una vez que los zarajos están dorados se les añade un poco de sal gorda y, en ocasiones, una gotitas de limón.
¿Cómo se elaboran?
Al igual que muchos otros platos, los zarajos surgieron por la necesidad de aprovechar todas las partes de la oveja. En este caso se trata de utilizar las tripas tiernas del cordero y el resultado es inmejorable.
Para elaborarlos es necesario lavar a conciencia las tripas. Esta es la base de que los zarajos queden realmente sabrosos y que todos los comensales estén satisfechos.
Después de ese lavado a conciencia se adoban con ajo y perejil durante el tiempo suficiente y luego se enrollan alrededor de dos palos, habitualmente de sarmiento. Cuando esa madeja tiene el grosor suficiente se asa en el horno hasta que esté dorada.
Servir y degustar los zarajos
Los zarajos no se suelen comer tal y como salen del horno. Lo normal es cortarlos en rodajas y, como ya hemos dicho antes, pasarlos por la plancha para que estén dorados y crujientes.
Cuando le das el primer bocado aparece su sabor a cordero lechal, aderezado con el ajo y el perejil y ese rico aroma que le deja el sarmiento… Todo un manjar a un precio muy económico.
¿A qué estás esperando para pedir una tapa de zarajos? Pruébalos y verás como quedas asombrado por su sabor y la calidad que tienen.